EL PERRO MÁS FLORIDO DEL MUNDO, OBRA DEL ARTISTA JEFF KOONS, MUDA DE PIEL DOS VECES AL AÑO, EN MAYO Y OCTUBRE Es mucho más que un jardín, es una obra de arte cubierta de 40.000 flores que se cultivan en un vivero de Nafarroa. Puppy, el perro más florido del mundo -obra del artista norteamericano Jeff Koons- se muda de flores dos veces al año, en mayo y octubre. Ahora, en su nuevo traje, luce begonias, alegrías, lobelias, petunias, claveles de indias y agératos agrupados en manchas de pequeño tamaño. “Se trata de una obra de arte a la que hay que cuidar, porque si una de las flores está enferma puede dañar al resto”, apunta Ignacio Aresti, Director de Zona Norte de Ferrovial. Todo el cuerpo, excepto debajo de la cabeza, está cubierta de miles de flores. “Debajo de la cabeza ponemos hiedra, es por una cuestión de gravedad, si pusiéramos flores se terminan cayendo”; cuenta. El cambio de flor en este monumental cachorro de west highland white terriers es un proceso que dura al menos dos semanas. Se trata de un estructura metálica de doce metros de altura y quince toneladas de peso recubierta con un manto vegetal. Puppy se sostiene sobre una estructura metálica. Sobre este armazón la vida de las plantas está garantizada por una capa de tierra, protegida por tela verde, dotada de un sistema de riego interno. En este manto, convenientemente agujereado, se entierran las 40.000 plantas cada temporada hasta recubrir por completo la figura. A diario un jardinero se encarga de su cuidado y un equipo de 25 personas de realizar el cambio de ropa al can que protege el Guggenheim. “Es un trabajo laborioso. Las flores se cultivan de manera ordenada y por colores para vestir las diferentes partes del perro”, explica. Un camión traslada las diferentes especies. Hace unos meses el lomo del perro apareció deteriorado y se encendieron todas las alarmas. Los responsables de jardinería comenzar a analizar las flores y el abono para conocer el motivo de dicho deterioro. “Tomamos muestras de las diferentes flores, de los tallos, de la tierra… una enfermedad puede acabar con todas las flores y eso sería un desastre”, destacan. Y es que, tal y como relata Aresti,Puppy no es solo un jardín. “Es una escultura y representa al museo”, dice. Tras descartar cualquier enfermedad una mañana consiguieron despejar todas las dudas y hallaron el motivo por las que las flores del lomo del guardián del Guggenheim se había dañado. “Puppy atrae a los gorriones y detrás de los gorriones van los gatos”, dice. Un minino que merodeaba por las inmediaciones del museo intentaba alcanzar a los pájaros que hallaban cobijo entre las flores del perro. “Fue increíble cómo se subió de un brinco, cogió carrerilla para intentar atrapar a los pájaros que revoloteaban entre las flores”, aseguraban los responsables del mantenimiento del perro. Koons pidió que la obra no fuera protegida con vallas porque quería que el público la quisiera. Lo ha conseguido: decenas de personas se fotografían cada día antePuppy. Hasta el punto que cuando el equipo de jardinería comienza a retirar las flores hay quien se enfada. “Ha habido turistas que se han llevado disgusto porque venían a por la foto con Puppy, con todas las flores, y al estar tapado se tenían que ir sin la imagen”, cuenta. Para la retirada de las flores se coloca en la parte exterior un gran andamio por el que suben los jardineros que se encargan de reponer las flores. “Lo difícil es tener la foto de Puppy sin las flores, eso es lo que les intentamos decirles, que no se disgusten que la otra imagen la tienen todos”, asegura Aresti....
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